La permanencia en el tiempo, siempre ofreciendo productos de primera calidad e innovadores hacen parte de la filosofía de trabajo de las organizaciones que tienen la excelencia como meta.
Y si esa premisa ha acompañado su gestión por más de cien años de labores, se puede hablar de una empresa altamente exitosa en un entorno cada vez más competido.
Este es el caso de la Fábrica Textil de los Andes, Fatelares, que arribó a los 120 años de existencia y con su experiencia ya está preparada para enfrentar los retos que un mercado cada vez más globalizado y competido le imponen para seguir vigente por muchos años más.
Pionera textil
La historia de Fatelares, aunque no con ese nombre, empezó en 1886, cuando don Jesús María Montoya Arcila, uno de los pioneros de la industria textil antioqueña monta las primeras máquinas artesanales para la producción de muleras, hamacas y cobertores; productos muy apreciados por los arrieros de aquellas épocas.
Es, así, la primera fábrica textil de envergadura que se montó en Medellín y que permanece aún en la región.
Uno de los primeros logros de la fábrica fue la condecoración con la Medalla de Oro en la Exposición Nacional de Industria celebrada en el municipio de Rionegro en el año 1891.
Más adelante, entra en la sociedad el señor Francisco Arango Villegas y la compañía toma el nombre de Tejidos La Constancia.
Finalmente el 27 de octubre del año 1939 cambia su razón social por la que actualmente hoy se conoce en Colombia y muchas partes del mundo: Fábrica Textil de los Andes, Fatelares.
En su evolución histórica, Fatelares también adquirió otras compañías para apuntalar su proceso de crecimiento.
Como lo recuerda su actual gerente, Juan Rafael Arango Pava, en el año de 1946 compró la Fábrica de Tejidos Albión, y cuarenta años más tarde, en 1986, cuando cumplió sus cien años, adquirió la Fábrica de Frazadas y Cobijas Ensueño, que le permitió incorporar la tecnología de producción a partir de la utilización de fibras sintéticas, para complementar su línea de producción a partir de la fibra del algodón. "Es como tener dos fábricas en una", señala su gerente.
También se podría considerar una de las empresas pioneras en la conformación de las sociedades anónimas en Colombia, como una forma de promover la inversión del público en las compañías para su fortalecimiento. Desde 1.939 opera bajo esta figura y aunque hoy no se transan en bolsa de valores sus acciones, todavía conserva entre sus propietarios pequeños accionistas que durante años han depositado su confianza en la firma.
Una amplia oferta
La línea de toallas, con el 31 por ciento de las ventas; la cobijería, que responde por el 26 por ciento de sus ingresos; y las sobrecamas que representan el 15 por ciento de las ventas; conforman las líneas principales de producción de Fatelares.
También cuenta entre sus productos con batas de baño, protectores de colchones y almohadas, hamacas, secadores de cocina, una línea industrial y otra línea institucional especialmente fuerte en empresas aéreas, hotelería y catálogos.
Una de las mayores ventajas de la compañía es la de contar con un proceso de producción integrado de manera vertical, que garantiza el control de todos los insumos del desarrollo productivo.
"Esto nos da una flexibilidad muy grande para responder con agilidad a las exigencias del mercado".
Distribución sólida
Uno de los factores de éxito para cualquier empresa es que su producto o servicio esté al alcance del público, en este campo Fatelares no ahorra ningún esfuerzo.
El 30 por ciento de las ventas que logra la compañía, se realizan gracias al concurso de distribuidores, algunos de los cuales están acompañando a Fatelares desde que opera como sociedad anónima, como muestra del compromiso y el apoyo mutuo que se da entre las partes para una relación productiva y de beneficio común.
A través de las cadenas comerciales, la firma coloca otro 26 por ciento de sus ventas. Esta presente en las principales firmas comerciales con asiento en las capitales del país.
El 13 por ciento de sus ventas se hace en puntos directos. En la actualidad cuenta con siete tiendas propias (cuatro en Medellín y tres en Bogotá) y adelanta un proyecto de ampliación de este canal con la apertura de dos puntos de venta propios antes de finalizar el año.